Joseph Anton Koch

Joseph Anton Koch

Lugar: Elbigenalp

Nacido: 1768

Fallecimiento: 1839

Biografía:

Joseph Anton Koch (Obergiblen, en el Tirol, 27 de julio de 1768 - Roma, 12 de enero de 1839), fue un pintor austríaco del romanticismo. Se le considera creador del paisaje monumental alpino.
Hijo de campesinos, Joseph Anton Koch nació en Obergiebeln, pueblo del valle del Lech, escondido en las montañas del Tirol occidental, zona que dependía políticamentede de Austria pero perteneciente al obispado de Augsburgo. De niño, Joseph Anton ayudó a su padre en la explotación familiar, encargándose en particular del ganado. Allí aprendió de la naturaleza, que le gustó e inspiró su producción artística. Su madre, Anna Elisabetta Burdi, era originaria de Coblenza. De sus diez hermanos y hermanas, sólo dos hermanas sobrevivieron a la infancia.
Algunos expertos de paso por la zona descubrieron pronto las habilidades del joven pastor. Dibujaba por todas partes, donde podía: sobre rocas, con el carbón de madera de los fuegos de pastor, o raspando la corteza de los árboles. Llamó la atención del obispo de Augsburgo, que había ido al pueblo para una confirmación, lo que le permitió proseguir su formación en Suabia a partir de los quince años de edad. Estuvo primero como seminarista a Dillingen, después en un taller de escultor en Augsburgo, y, finalmente, pasó seis años en la Hochschule de Stuttgart.
En esta época, estalló la Revolución francesa e inspiró a numerosos espíritus por toda Europa, entre ellos a Joseph Anton Koch. Este último transformó su frustración respecto a los métodos anticuados de la Hochschule en calor político. Al igual que Schiller, Koch huyó de la escuela (1791), cortó la trenza que estaba obligado a llevar por la normativa de antiguo régimen, y la envió en burla a uno de sus antiguos profesores de la academia. Se unió a círculos jacobinos, en primer lugar en Estrasburgo, luego en Basilea. Pero su vocación no era la política. Durante cerca de tres años, vaga sin rumbo fijo por Alpes suizos, descubriento su interés por los paisajes montañosos; dibujó cientos de paisajes, apuntes y estudios, que debía utilizar más tarde en Roma como modelos para sus pinturas al óleo.
Hacia finales del año 1794 encontró su vocación. El mecenas George Nott le otorgó una beca, cruzó a pie los Alpes para viajar a Italia. Se entusiasmó inmediatamente para las obras maestras de la pintura italiana en Bolonia, Florencia, Nápoles y Salerno. A principios de 1795, llega en Roma, su nuevo hogar y la Meca de la época para los artistas alemanes. Se integró al círculo artístico de los llamados Deutsch-Römer. Se hizo amigo de Asmus Jacob Carstens, de que aprendió a controlar la representación de la forma humana. Demostró su arte, en particular, ilustrando la Divina Comedia de Dante, y más tarde en otras representaciones bíblicas y mitológicas. Fue amigo del escultor danés Bertel Thorvaldsen, con quien compartía alojamiento en la Via Sistina. Pronto se volvió parroquiano asiduo del Café Greco, en la Via Condotti, cita de los artistas por excelencia, y dónde aún hoy un retrato recuerda su presencia.
A partir de 1803, Koch comenzó a recorres los alrededores pintorescos de la campiña romana, hasta la aldea de Olevano Romano, de la que hizo durante más de treinta años su residencia estival y su fuente de inspiración artística. Las bellezas de esta región, sobre todo del famoso bosque de robles de Serpentara, lo cautivaba. Frecuentemente lo acompañaba durante estas primeras incursiones en los paisajes romanos Joachim Christian Reinhart, un pintor alemán mayor que él. Más tarde lo seguirían por esos mismos lugares pintores más jóvenes, en su mayor parte austríacos, como Friedrich Oliver y Franz Horny. Es en Olevano donde Koch se casó, en 1806, con la hija de un viticultor local, Cassandra Ranaldi. Tuvieron tres hijos, entre ellos el famoso arquitecto romano del finales del siglo XIX, Gaetano Koch. Hacia 1810, Josef Anton Koch se encontró cada vez más en contacto con un nuevo grupo de artistas alemanes, los nazarenos. Estos jóvenes pintores, en su mayoría recién llegados a Roma, tomaron a Koch como mentor. Así dio la primera orientación y la inspiración artística a artistas como Johann Friedrich Overbeck, Franz Pforr, Peter von Cornelius, Wilhelm von Schadow, Philipp Veit, Julius Schnorr von Carolsfeld y Joseph von Führich.
En 1812, Josef Anton Koch, su mujer Cassandra y su primer hijo, Elena, dejaron Roma y vivieron tres años en Viena. Como escribió, tenía dificultades a aceptar la ocupación de Roma y la deposición del Papa por los franceses. No era partidario ni del papa ni de los Habsburgo, pero estaba convencido de que la libertad estaba mejor garantizada por la autoridad papal que por la burocracia ideológica de la Europa napoleónica. Pero no encontró la felicidad en Viena. No podía acostumbrarse al clima, encontraba el medio limitado y poco comprensivo. Buscaba consuelo en su trabajo. De hecho, es en Viena donde produjo algunos de sus más bellos paisajes italianos.
Koch regresó en 1815 a Roma donde pudo en adelante a consagrarse a su trabajo, su familia y sus amigos. Pasó allí y en Olevano Romano los últimos veinticuatro años de su vida. El príncipe de Baviera y futuro rey Luis I, que viajaba frecuentemente a Roma, lo sostuvo y compró sus cuadros. Luis I construyó sobre la famosa colina del Pincio la Villa Malta, que puso a disposición de los artistas alemanes como lugar de encuentro y como taller. La relación de Koch con el rey era, a un tiempo, amistosa y difícil, pues odiaba profundamente las maneras mundanas y la severa etiqueta.

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