Lugar: Cuenca
Nacido: 1605
Fallecimiento: 1667
Biografía:
Juan Bautista Martínez del Mazo fue un pintor barroco español, discípulo y yerno de Velázquez. Pintor de cámara y especializado en retratos, dejó también vistas de ciudades, paisajes y copias de los grandes maestros en lo que, según Palomino fue «tan único, y especialmente en las cosas de su maestro, que es casi imposible distinguir las copias de los originales».
No se tienen datos ciertos de la vida del pintor hasta la fecha de su matrimonio con Francisca Velázquez de Silva, de solo catorce años, hija primogénita de Diego Velázquez y de su mujer Juana Pacheco. En 1655, al hacerse información sobre su sobrino Diego Gadeo, el propio Mazo declaró ser de edad de cuarenta y cuatro años poco más o menos, declaración que ha servido para fijar la fecha de su nacimiento en torno a 1611. Por las declaraciones de Benito Manuel Agüero y de Julián Gonzalo y Prado, criado de su majestad, en las informaciones hechas para el ingreso de Melchor Mazo como seminarista en el monasterio de El Escorial, en septiembre de 1665, se sabe que era hijo de Hernando Martínez, natural de Alarcón, y de Lucía del Mazo, natural de Beteta en el Obispado de Cuenca, «que vivieron de su hazienda por ser gente honrrada y principal en esta dicha Villa de Madrid». Ambos testigos le tenían además por «natural del obispado de Cuenca», aunque Palomino lo creía nacido en Madrid y su hijo Gaspar, al testar en 1703, lo decía nacido en «las montañas de Burgos cuyo nombre del lugar o Villa no recuerdo».
La boda con la hija de Velázquez se celebró el 21 de agosto de 1633 en la parroquia de Santiago de Madrid, pero las velaciones se retrasaron al 26 de febrero del año siguiente y se celebraron en la ermita de San Blas, próxima al palacio del Buen Retiro. De su suegro recibió como dote la plaza de ujier de cámara, cargo con el que iniciaba su carrera en palacio, siempre a la sombra de Velázquez. Del matrimonio nacieron al menos ocho hijos: Inés Manuela, bautizada el 16 de agosto de 1638 con Alonso Cano de padrino, José, bautizado el 18 de marzo de 1640 con Cano y su mujer, Magdalena de Uceda, de padrinos, Diego Jacinto, apadrinado por su abuelo Diego Velázquez, el 29 de mayo de 1642, Gaspar (?), Baltasar, bautizado el 9 de enero de 1645 y apadrinado por Sebastián Mendoza, conde de Coruña, en representación del príncipe Balltasar Carlos, María Teresa del Rosario, bautizada el 13 de enero de 1648, Jerónima Bautista, bautizada el 20 de mayo de 1650, y Melchor Julián, bautizado el 6 de noviembre de 1652, actuando sus abuelos como padrinos. De ellos solo Inés, Gaspar, Melchor, Baltasar y Teresa sobrevivieron a la madre, fallecida en noviembre de 1653 «con dolores de parto».
En 1643 se formó la casa del príncipe Baltasar Carlos del que fue nombrado pintor. En el curso del viaje a Zaragoza de 1646, en el que falleció el príncipe, recibió el encargo de pintar la vista de la ciudad, ahora en el Museo del Prado. Un año después, y por encargo del rey Felipe IV marchó a Pamplona para pintar la vista de esta ciudad (The Welllington Museum, Apsley House). Palomino, que vio ambas vistas en el pasadizo de la Encarnación, las elogió por su exactitud y por las figuras que las acompañaban, «con historiejas de aquellas casualidades, que en el campo suelen ocurrir, merendando unos, y paseando otros, ya a pie, o ya a caballo».
En junio de 1657 pagó la media anata correspondiente al nombramiento de ayuda de la furriera e inmediatamente partió hacia Nápoles, donde la mayor de sus hijas, Inés, casada con Jerónimo Lanfranchi, acababa de enviudar. Una parte al menos del coste del viaje lo aportó Velázquez, que recibió además alguna ayuda de palacio. Se desconoce la duración del viaje y lo que hiciera en él pero, en cualquier caso, se encontraba de vuelta en enero de 1658, como consta por los pagos que se le hicieron por acompañar a los reyes en la jornada de Aranjuez de ese año. Un documento un año posterior por el que solicitaba del rey casas de aposento indica que se había vuelto a casar y que era padre de otros tres pequeños habidos con su segunda esposa, Francisca de Vega, el mayor de solo tres años. No obstante, la relación con Velázquez seguía siendo estrecha y a la muerte del sevillano pasó a ocupar la plaza de pintor de cámara que dejaba vacante.
Volvió a enviudar en marzo de 1665 y contrajo nuevo matrimonio en fecha desconocida con Ana de la Vega, posiblemente su cuñada. En 1666, a la muerte de Felipe IV, intervino en el inventario y tasación de las pinturas del Real Alcázar que conocía bien y entre ellas las de quien había sido su suegro. Falleció el 10 de febrero de 1667. Residía en las Casas del Tesoro, donde también había tenido su residencia Velázquez y fue enterrado con su segunda esposa en la iglesia de San Ginés.
La proximidad a Velázquez posibilitó a Mazo asimilar su estilo de tal modo que han llegado a confundirse algunas de sus pinturas y todavía ahora existen vacilaciones en la atribución de ciertas obras a uno u otro maestro. Pintor versátil, en la producción de Mazo se encuentran retratos de miembros de la familia real, cercanos a los de su suegro, vistas de ciudades y sitios reales, cacerías, paisajes, copias de Tiziano, Tintoretto, Veronés, Rubens y del propio Velázquez además de alguna obra derivada de estos sin ser estrictamente copia. De forma un tanto anómala para un pintor español de su siglo no se conocen encargos eclesiásticos y la pintura religiosa documentada se limita a la media docena de títulos mencionados en el inventario de los bienes de Francisca Velázquez, su primera esposa. El pequeño San Fausto de colección particular, la única obra religiosa conservada que se ha puesto en relación con la producción de Mazo, es obra significativa por cuanto la figura del santo labrador reproduce con razonable fidelidad la del Esopo de Velázquez (Museo del Prado) sustituyendo el fondo neutro por un fondo de paisaje también velazqueño.
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