Artista: Giulio Paolini
Fecha: 1984
Tamaño: 183 x 250 cm
Museo: Art Gallery of New South Wales (Sydney, Australia)
Técnica: Escultura
Guilio Paolini llegó a la nota internacional como miembro líder del grupo arte povera en Italia en 1967. Al igual que los otros, utiliza materiales encontrados y a menudo introduce referencias históricas y literarias en sus imágenes. Obras como esta tienen una calidad poética que es común con arte povera y sin embargo hay una fuerte estreak conceptual y crítico que no se asocia normalmente con el grupo. Muchas de sus instalaciones critican directamente suposiciones sobre la historia del arte y juegan con las reglas de la perspectiva para revelar su ilusionismo paradójico. "L'altra figura" (la otra figura) es un juego engañosamente simple sobre el tema clásico. Las dos cabezas levantadas sobre plintos a la altura de un espectador de tamaño modesto son yesos idénticos de una copia romana de un busto helenístico anterior. Los bustos muestran las cabezas ligeramente en un ángulo hacia el cuerpo, sus caras se giraron para reflejarse con precisión. Esta mirada ligeramente lateral ofrece un grado de animación a lo que de otro modo sería un espejo estático. Es como si ambos se hubieran convertido para captar la mirada del otro; quizás es el dramático incidente que acaba de ocurrir entre ellos. En el suelo rodeando los dos plintos es la evidencia manifiesta de un desastre menor. Otro busto que parece haberse estrellado en el suelo, rompiendo en múltiples pedazos de yeso, es apenas reconocible como el tercero de un tipo. Los gemelos pueden ser considerados como un par relacionado o un espejo de uno pero tres es el comienzo de un número indefinido, lo que sugiere la reproducibilidad infinita o clonación interminable. Un tema común de la obra de Paolini investiga estrategias representativas en el arte desde el Renacimiento, incluyendo las aspiraciones modernistas para encontrar la esencia de las cosas. El espejo es la forma más inmediata de representación mimética por lo que es razonable comenzar a ver esto como un trabajo que sigue esta línea. Las cabezas greco-romanas también nos inclinan a sospechar narrativas de la antigüedad. ¿Podría la figura aplastada tumbada en el suelo, en un arreglo circular más o menos, ser el efecto ondulado de la reflexión en una piscina perturbada por Narciso llegando a acariciar su propia imagen amada? Esto ciertamente sería una toma poética sobre la imposibilidad de poseer el objeto deseado en representación. El grado de fragmentación de la tercera cabeza también sugiere una caída de una gran altura; ¿podría ser este el Ícaro mítico, que ignoró la advertencia de su padre de no volar demasiado cerca del sol? Esta advertencia pragmática enmascara un mayor peligro ya que el sol es Apolo que recorre el cielo en su carro. Apolo para Platón fue la fuente final de la forma pura, algo que la representación nunca pudo capturar, aunque los neo-palatonistas y modernistas soñaban con hacerlo. El pobre Icaro fue llevado y amarrado hacia esta gran fuente, pero fue golpeado por el dios celoso por su presunción.© Art Gallery of New South Wales Contemporary Collection Handbook, 2006
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