Vista de la instalación – (Fabio Mauri) Previo Próximo


Artista:

Fecha: 1994

Museo: la Biennale di Venezia (Venice, Italy)

Técnica: Medios De Comunicación Mixtos

Fabio MauriBorn en Roma, Italia, en 1926; murió en Roma en 2009. Obras (de izquierda a derecha):Schermo fine (1965)Fine - Ricami 1994)Disegno (no date)Disegno Fine (1985)Fabio Mauri tenía diecinueve años cuando encontró por primera vez fotografías de campos de concentración alemanes. Su incomunicable horror provocó su investigación permanente sobre las traicioneras lógicas del arte, la ideología y el totalitarismo. En los márgenes del movimiento Arte Povera que dominaba el arte italiano de la década de 1960, las esculturas, instalaciones y escritura crítica de Mauri preferían explorar la historia como se filtraba a través del individuo. En obras de teatro, acciones e intervenciones profundamente endeudadas al teatro jesuita del siglo XVII y el Teatro de la Crueldad de Antonin Artaud, Mauri utilizó el cuerpo humano como medio de revelación y de revoluciones. Su instalación Yo numeri malefici (1978) emplea el error de cálculo humano como gris para reavivar la relación entre humanos e historia. Un pizarrón que lleva la ecuación matemática pg = g (p)2 (p + a)n queda sin respuesta; con él, la promesa matemática de la verdad superior, de una sola ley que unifica la heterogeneidad de todo esfuerzo humano, permanece sin cumplir. Más cepas íntimas de la superficie de vida creativa de Mauri en una grabación de audio de Pier Paolo Pasolini leyendo su poema La Guinea (primero publicado en 1964). El poema, que era el lamento alegórico de Pasolini para la Italia rural, se convierte en el odo elegiaco de Mauri a su amigo y colaborador de la infancia, que fue asesinado en 1975. Esa pérdida se evoca en Il Muro Occidentale o del Pianto (la Muralla Occidental o la Muralla de Vela) (1993), una pared de cuatro metros de altura construida enteramente de maletas. La escultura conjura el precioso cargamento de los deportados a Auschwitz y de todos los viajes sin retorno. En la escultura tardía de Mauri Macchina per fissare acquerelli (2009), una escalera que se extiende hasta el techo llega abruptamente a una fina cornisa con las palabras “THE END” golpeadas. Habiendo alcanzado la cima, pequeños restos pero para mirar hacia abajo en la caída que espera. Mauri trabajó implacablemente contra la inigualable absorción de las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial en la línea temporal sin rociar de la historia. A lo largo de su carrera creó dibujos con las palabras “El Fin” o, en italiano, “Bien”, emblazado, rayado o arrasado en sus superficies. Mauri tomó prestado el lenguaje de la película para aprovechar un final perpetuo sin finalidad, un último momento para aferrarse antes de que la pantalla se haga negra.

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