Artista: Fumio Asakura
Fecha: 1909
Técnica: Escultura
Esto trae una sonrisa a la cara de cada amante del gato. Una obra maestra no sólo en la astucia de la idea sino en la maestría del artista al transferir la viscosidad de la arcilla al tenso brazo humano y cuerpo relajado del gato. Asakura Fumio se graduó en la Escuela de Bellas Artes de Tokio en 1907. Al año siguiente recibió un premio en la segunda exposición Bunten y posteriormente ganó premios allí durante seis años más consecutivos. Esta obra, expuesta en la tercera exposición Bunten, es terse y novedosa en su organización, siendo compuesta por un brazo derecho humano colocado más o menos verticalmente y un gato que se mantiene colgado de esa mano. Completamente ignorando las diferencias en la textura superficial entre la piel humana y el cuerpo de un gato furioso, contrasta magníficamente el brazo humano con sus dedos tensos y el cuerpo cojeado y colgado del gato, que se han hecho casi a igual tamaño. La representación de la tensión en las patas traseras del gato es evidencia gráfica de los agudos ojos observantes y sólidos poderes de la representación de Asakura. Puesto que sería imposible que un gato posea de tal manera por un largo tiempo, el artista debe haberlo colgado numerosas veces, ignorando cualquier objeción en la parte del gato, para observar su movimiento y la expansión. Aunque es una pequeña obra desde principios de su carrera, es una pieza característica de este artista que se convirtió en una figura líder en las exposiciones oficiales de la época valorando el realismo y la habilidad técnica, incluso mientras que la escultura moderna en Japón estaba siendo tan poderosamente influenciada por Rodin. (Escritor: Masato Satsuma Fuente: Obras maestras seleccionadas del Museo de Arte Universitario de la Universidad Nacional de Tokio de Bellas Artes y Música: Gran Exposición de Apertura, Museo de Arte Universitario, Universidad Nacional de Tokio de Bellas Artes y Música, 1999)
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