Artista: Salcedo
Fecha: 2007
Tamaño: 189 x 233 cm
Museo: Art Gallery of New South Wales (Sydney, Australia)
Técnica: Escultura
Doris Salcedo traza la distorsión de la realidad que ocurre cuando el poder y la violencia se utilizan como medio de control social. ¿Qué comodidad reside en la cama que una vez compartiste con un amante desaparecido? ¿Qué placer puede uno tomar en las posesiones íntimas de su cónyuge o hijo cuando han sido arrastrados sin explicación alguna? Los objetos conservan rastros de quienes los han usado. Es difícil tirar tales trazas de un ser querido ausente, y sin embargo es igualmente difícil seguir usándolos como si nada hubiera sucedido. En esta serie armarios y camas se hacen monstruosos por su fusión. Todos los agujeros, huecos y grietas en la madera han sido sellados meticulosamente con cemento blanco. Es como si hubieran sido dejados ciegos y mudos, al igual que aquellos cuyo silencio está garantizado por la amenaza de más violencia. Este cuidado sellado de las grietas también se lee como un intento de mantener algo fuera o dentro. Pero en este caso el ‘algo’ es difícil, como el miedo nebuloso de alguna tragedia imprevista. La fusión de Salcedo de materia inanimada y restos humanos provoca un sentido de abominación.
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