Artista: Bruno Pacheco
Fecha: 2005
Tamaño: 190 x 300 cm
Museo: Culturgest - Fundação Caixa Geral de Depósitos (Lisboa, Portugal)
Técnica: Aceite Sobre Lienzo
HAPPINESS AFTER MOURNINGBruno La pintura de Pacheco es siempre un juego en la historia de la fotografía, en la televisión como un dispositivo para las masas y en la historia de la propia pintura como una práctica y género artístico. Durante un período relativamente largo de su producción Pacheco trabajó en un tipo específico de género pictórico (y fotográfico), el “retrato de grupo”. En la historia de la pintura hay una larga tradición de este tipo de trabajo, normalmente centrada en la necesidad de representar grupos profesionales, sociales, políticos y familiares. Uno no necesita hacer un gran esfuerzo para encontrar muchos ejemplos diferentes de las estrategias para representar grupos en la historia de la pintura europea importante, pasando del famoso caso del reloj nocturno (1642), de Rembrandt van Rijn, a las doncellas de honor (1656), de Velázquez. En cualquiera de estos casos (como en muchos otros a lo largo del siglo XVII y XVIII), el retrato del grupo sirve un propósito simultáneamente global – a menudo proponiendo un determinado canon político, una configuración ideológica o una consagración social – y se centró en el carácter de cada una de las figuras que componen el cuadro. El retrato del grupo fotográfico funciona de una manera diferente: normalmente está frente a la cámara, el centro está en la toma y la atención de los representados se concentra normalmente en la lente (para mantener la promesa de la eternidad del momento de la reunión captada por la fotografía). Bruno Pacheco lleva este tipo de fotografía al universo pictórico, retratando conjuntos (de soldados, niñas, turistas y payasos) de fotos más o menos no diferenciadas de grupos por ninguna razón específica aparte de la de organizarse para celebrar algo. Es obvio que cuando se convierte esta lógica fotográfica en pintura –con su carácter monumental, lentitud y procedimientos difíciles – se vuelve irónico y plantea preguntas sobre las condiciones que debe tener una imagen para merecer ser convertido en pintura (con todo el equipaje del pasado y la tradición de las bellas artes que esto implica). De hecho, la ironía presente en Happy hour prevé un cuestionamiento sobre el significado de la imagen pictórica, algo que es muy pertinente en el contexto actual de la pintura dado que después de las grandes transformaciones que sufrió durante el siglo XX (con el surgimiento de la abstracción, el collage y su relación con la reproducibilidad en el arte pop) ha sido objeto de sucesivos anuncios de muerte, seguido sistemáticamente de procesos de luto. En la pintura de Bruno Pacheco hay una relación con la tradición de la pintura que sobrevivió a estas sucesivas muertes, pero ya no está viviendo su luto. Como ocurre en Happy hour, es el ambiente de televisión banal del circo, mezclado con la lógica visual del medio de la fotografía, que brota sobre la posibilidad de la pintura, que es probablemente todo más abstracto al considerar la irrelevancia de la figuración indiferente. Delfim Sardo
Artista |
|
---|---|
Descargar |