Ferdinand Konrad Bellermann

Ferdinand Konrad Bellermann

Nacido: 1814

Fallecimiento: 1889

Biografía:

Ferdinand Konrad Bellermann fue un pintor y naturalista influenciado por las ideas de Alejandro de Humboldt sobre el papel que la vegetación tropical suramericana debía desempeñar en la ampliación del paisajismo europeo. ​ ​ ​
Ferdinand Bellermann inicia sus estudios de pintura en 1828 ingresando en la Escuela de Artes de Weimar, donde se inscribe para estudiar paisajismo según modelos de pintores clásicos.
En Weimar, Bellermann hizo buenas amistades que mantuvo por décadas, y con toda certeza disfrutó del ambiente artístico de la ciudad. También su amistad con el pintor Friedrich Preller tiene sus raíces en Weimar. Preller fue, a su vez, amigo de Goethe; fue él quien creó el famoso dibujo que muestra al gran poeta en su lecho de muerte, y en sus brazos falleció, en Italia, el hijo de Goethe.
Con la temprana muerte de su padre, la vida de Bellermann al principio no fue muy buena; su madre quedó sin recursos y con varios niños, de los que Ferdinand era el mayor. Ciertamente contaron con la ayuda de los parientes, en especial de un tío, el comerciante Johann Christian Bellermann, en cuya casa al parecer vivieron los huérfanos, pues esta dirección de la calle Schlösser en Erfurt, aparece después en cartas que le fueron dirigidas a Ferdinand. ​
Así pues, es comprensible que el futuro pintor tuviera que contribuir primero al mantenimiento de la familia: pastoreando ovejas. Sin embargo, su talento de dibujante fue descubierto, afortunadamente, a tiempo, y a los catorce años es enviado a la Freie Zeichenschule, Escuela Libre de Dibujo, fundada por Goethe en Weimar, para recibir instrucción como pintor de porcelanas. Es posible que la intención haya sido que una vez terminado el curso, el joven entrara a trabajar en una fábrica de porcelanas propiedad de unos parientes en Volkstedt, Turingia. Sin embargo, esta orientación profesional fue sólo una ilusión, pues la vista del artista en ciernes era demasiado débil para la pintura de porcelanas, así que debió interrumpir su aprendizaje y regresar a Erfurt, en donde permaneció hasta el año 1833, cuando inicia sus estudios en Berlín.
Si bien el tiempo de aprendizaje en Weimar no condujo al resultado anhelado, sirvió para estimular el talento artístico de Ferdinand, así lo demuestra claramente un dibujo del pintor quinceañero que se conserva en el Museo de Erfurt. Se trata de una pequeña vista de la catedral de esta ciudad y de la famosa iglesia de San Severino, ambas enmarcadas en un clásico telón de árboles que delata que los maestros de la escuela de dibujo utilizaban los modelos de Claude Lorrain y de sus numerosos seguidores para los estudios de composición. La arquitectura de las iglesias está dibujada con algo de rigidez, pero con exactitud; el joven artista se muestra ya como el observador preciso que más tarde atraería la atención de Alejandro de Humboldt. Walther Scheidig, director del Museo de Weimar durante muchos años y uno de los pocos historiadores de arte alemán de nuestro siglo, lo describe como el "científico" dentro del círculo de sus amigos pintores. ​
Para el joven pintor, Preller fue un importante iniciador, con quien compartía, además, idénticas ansias de viajar que los llevó a incursionar juntos por los alrededores inmediatos de Turingia, por la isla Rügen en el mar Báltico y finalmente por Noruega, pasando por Bélgica y Holanda, en 1840.
En 1840 tuvo lugar el viaje a Noruega que fue decisivo para su vida. Nuevamente Friedrich Preller fue el factor determinante de este viaje y esta vez también llevó a dos de sus alumnos. Fue un viaje peligroso, las rutas y hospedaje a menudo primitivos. Al regreso, Bellermann pintó un cuadro de gran formato que atrajo la atención sobre su talento para la representación exacta de la naturaleza, incluyendo formaciones geológicas.
Este cuadro, cuyo paradero se desconoce actualmente, fue comprado por el rey de Prusia, Federico Guillermo IV, no se sabe si por sugerencia de Humboldt, pero es cierto que el gran sabio se convenció ante él de que difícilmente habría otro artista más adecuado para lograr representaciones con valor artístico y precisión científica de las plantas y paisajes de Sudamérica. No obstante, Humboldt no fue el promotor de este viaje; como tampoco es cierto, como se lee con frecuencia en algunas publicaciones, que fuera una encomienda del rey de Prusia, aunque esta impresión puede surgir de la carta de recomendación de Humboldt para Bellermann.
La expresión de Humboldt, "Viaja por encargo de Su Majestad", tenía únicamente la intención de allanarle todos los caminos al pintor. Por una nota del escultor berlinés y director de la Academia, Gottfried Schadow se sabe cómo se dio realmente este viaje: ​
"Un comerciante hamburgués, propietario de una oficina comercial en Puerto Cabello, en el Estado de Venezuela, y dueño de un barco de vela, vino hasta aquí para llevar consigo varios artesanos y un pintor paisajista. Bellermann, uno de los alumnos del Profesor Schirmer, se decidió a hacer este viaje"

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