Lugar: Gallipolis
Nacido: 1950
Biografía:
Jenny Holzer es una artista conceptual estadounidense. Holzer fue originalmente artista abstracta, pero después de trasladarse a Nueva York, comenzó a trabajar con textos. Estos han aparecido en camisetas, carteles, bancos de mármol incluso en envolturas de condones, sus palabras han sido proyectadas en edificios de gobiernos y corporativos de todo el mundo. Utilizando la retórica de los sistemas de información con el fin de hacer frente a las Injusticias.
Desde hace más de treinta años, Jenny Holzer ha presentado sus ideas, argumentos y penas en lugares públicos y exposiciones internacionales como el 7 World Trade Center, el Reichstag, la Bienal de Venecia, el Museo Guggenheim de Nueva York y Bilbao o el Whitney Museum of American Art.
Vive y trabaja en Nueva York desde que se mudó en allí en la década de los 70.
Jenny Holzer se dio a conocer dentro del arte norteamericano en la década de los ochenta. Es durante sus estudios de máster en 1975 cuando comienza a interesarse principalmente por el lenguaje, la instalación y el arte público, tomando desde el principio el espacio urbano como marco para sus proyectos. En su búsqueda de modos más directos para llegar con su mensaje artístico al público general, comienza a utilizar medios de comunicación no tradicionalmente artísticos, desde carteles y pancartas en la vía pública, hasta anuncios electrónicos y spots televisivos. Finalmente, adoptará los letreros electrónicos por lo que es conocida hoy: esculturas de señales electrónicas led que reproducen sus mensajes o textos en un constante bucle. Durante los últimos años ha desarrollado principalmente proyectos a gran escala para lugares públicos, con proyecciones de luz que iluminan igualmente fachadas en entornos urbanos, como ríos o montañas.
Como persona, Jenny Holzer en una mujer de pocas palabras. Como artista es la mujer del millón de palabras. Hace treinta y nueve años que se trasladó a Nueva York y se alejó de la pintura tradicional para centrarse en el arte conceptual y su lenguaje cargado de lemas, frases, versos y citas. Vive entre su granja de Hoosick, Nueva York y su apartamento en Eldridge street en Manhattan.
Jenny Holzer plantea con sus propuestas artísticas, y sirviéndose de la publicidad urbana, problemas y demandas sociales. En un primer momento la artista pegó sus obras mecanografiadas en la calle del Soho y en Manhattan. Posteriormente estas fueron impresas en camisetas, cabinas telefónicas y fachadas de edificios.
Utiliza los códigos comunicativos léxicos, aunque los modifica para enfatizar textos y voces proyectadas que los convierten en artificiosos medios de concienciación. Le dio así la vuelta radicalmente al modelo el lenguaje empleado por los artistas conceptuales. Los textos de la artista son directos, posiblemente por esto mismo son criticados; por esconder una supuesta ambición moralizante y didáctica a la vez. Mediante estos, Jenny Holzer transmite mensajes, sentencias, tesis y antítesis sobre cuestiones tabúes como sexo, violencia, amor, guerra y muerte.
Esta unión entre feminismo y posmodernismo tuvo como aportaciones destacables las obras de la década de los años ochenta que señalamos más adelante. Jenny Holzer es una artista cuyas propuestas iconográficas plantean, en un mundo donde los medios de comunicación adquieren relevancia, cómo las imágenes y los símbolos alteran sus significados cuando se sitúan en contextos diferentes. De este modo, la artista cuestiona en sus obras los códigos visuales y verbales dominantes que aparecen en los mass media. Aspectos como originalidad, apropiación, autoría, discurso o deconstrucción, serán temas comúnmente abordados por esta artista. Los códigos visuales utilizados en su trabajo son innovadores y mediante ellos critica los estereotipos.
Sus códigos verbales consisten en mensajes cortos que la artista proyecta en edificios y otros elementos urbanos (bancos, fuentes, espacios publicitarios, etc.). Sus frases aparecieron en Times Square utilizando como soporte una pantalla electrónica en la que aparecían frases como “Protect me from what I want” o, “Abuse of power come as no surprise”.
En sus obras “Truisms”, “Living” y “Survival”, la ubicación y las dimensiones de las proyecciones pueden compararse al de los grandes espacios publicitarios, haciendo un paralelismo con aquellos mensajes que merecen la pena ser difundidos bajo el juicio de los que tienen los medios para difundirlos, y aquellos que representan pensamientos personales y “sin importancia” colectiva.
En los 70, se trasladó a Nueva York, donde vive desde entonces, concentrándose en el lenguaje como medio. Comenzó su primera serie llamada "Truisms", 1977-1979, estampando aforismos escritos en mayúsculas en camisetas y carteles que posteriormente distribuyó por la ciudad. Colgó en diferentes espacios de la ciudad sus mensajes: cabinas telefónicas, parquímetros y paredes. Las frases con aforismos o afirmaciones grotescas sobre las condiciones sociales, la política, la vida cotidiana, la violencia y la sexualidad e impulsaban al lector a acercase y a reflexionar.
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